*
El va y ven instrumental
de los ventarrones asesinos
encauza vacíos con corderos deudos en exceso zambullidos en encajes caminantes
sobre filtros
combatidos y combativos por correo y cárcel.
Esas ventoleras
eran las que se me prendían a la nuca
adolescente
y el caos hacíame hilvanar cosas de misterio, naipe y tormenta.
Desbaratábanse los sopores, atributo de la siesta pastora,
el animal colonizador moría
atrás con sus esbirros,
malhumorado,
entre tules viscosos, mulas, proyectiles,
y la geografía montañosa y volcánica a la espalda,
en los murallones ponían el
escalofrío de las arañas.
Cuevas y prados usurpadores corrían al destierro,
ramalazos y graznidos de lechuzas1
remolcando enormes lanchones, espadas, braseros, bodegas,
entre los impulsos
del vino, y las perdices mimosas que
se cuelgan.2
1 "Luchuzas" en SYD, p. 211, error de transcripción: "lechuzas" en ASA,
p. 204.
2 Poema que en SYD se junta con el siguiente, incluso
perdiendo la separación estrófica, p. 212. En ASA,
p.
204, aparecen
como dos poemas distintos, separados por una estrella
(*) al igual que todos los restantes. Creemos, sin lugar a dudas, que
la unión de ambos se trata de un error
de edición.
|